Nuevas Tecnologías, es femenino plural

¿Pintamos algo las mujeres en las Nuevas Tecnologías? ¿Qué significan para nosotras? ¿Qué nos pueden aportar? ¿Cómo introducirlas en nuestra autonomía personal y profesional?

Oímos hablar constantemente de los cambios que se van a producir en nuestras vidas gracias a las nuevas tecnologías, y no sabemos si debemos considerarlo una amenaza o supondrá una mejora real en nuestro cotidiano.

La tecnofobia en las mujeres

Cuando las mujeres pensamos en tecnología, máquinas, ámbitos científicos…, siempre tenemos la sensación de distancia, de alejamiento, de algo que no tiene que ver con nosotras, ajeno a nuestras necesidades y prioridades. Al sentir esto, nos colocamos fuera del universo científico y abandonamos las iniciativas que tengan una perspectiva técnica.

Esto se ve en la elección de estudios de las chicas, en los caminos profesionales que elegimos, y en la relación que establecemos con los aparatos. A esto le podemos llamar “Tecnofobia” , miedo, rechazo, desinterés.

Cuando se habla de la tecnofobia en las mujeres, se nos remite a una idea que está enraizada en una supuesta ausencia de cultura técnica, que la ciencia establecida, el discurso científico androcéntrico, deposita sobre el imaginario femenino. Es un paradigma falso, que se basa en el desconocimiento o ausencia intencionada de la presencia de las mujeres y sus obras en los ámbitos científicos y tecnológicos, no estamos dentro de la historia científica oficial. La presencia de las mujer es en Internet, o en la ciencia, o en cualquier otro espacio que represente cierto nivel técnico, suscita siempre la sensación de vacío. Es necesario buscar, investigar si estamos o no y que hemos hecho. Si la presencia se concreta en una demanda personal a una de nosotras, siempre se tiene la sensación de ser la primera en afrontar ese trabajo, de estar sola y tener que partir de cero. Esto nos sucede, por que no tenemos modelos en los que mirar nos, las mujeres estamos construyendo el simbólico femenino, ese espacio donde mirar y reconocernos, del que alimentarnos y saber que disponemos de un patrimonio, que otras mujeres antes que nosotras en cada campo o tarea que deseamos realizar , ya hicieron su construcción social , cultural o científica, generando modelos y visiones, que pasan a ser ya patrimonio de todas.

La genealogía de las mujeres

Reconstruir la participación de las mujeres significa recuperar, comprender y aprender de las experiencias, del conocimiento y del saber de las mujeres. Dejar hablar a las mujeres para decir quiénes somos y como lo hacemos.

De ahí, la importancia de hacer público el reconocimiento de autoridad a las mujeres que han iniciado caminos o procuran espacios de libertad femenina a otras.

Las mujeres del mediterráneo son engendradoras y transmisoras de cultura y de vida, desde siempre hemos originado y desarrollado las herramientas necesarias para mejorar la calidad de vida de los grupos sociales en los que vivimos. Es decir, siempre hemos hecho Investigación, hemos desarrollado Tecnología y hemos impulsado el Desarrollo, ahora se conoce como I+D.

Vamos a empezar con una aportación a la genealogía de las mujeres, para ver cual es nuestra aportación y así reconstruir nuestra relación con la tecnología desde otro punto de vista, desde nosotras mismas.

Las mujeres somos protagonistas de la historia y lo hemos sido desde siempre.

Si se está reinventando el mundo, debemos abandonar los márgenes para ocupar el centro. Esto supone recuperar nuestro lugar histórico en la construcción social.

El hilo de nuestra historia

Desde los inicios las mujeres hemos elaborado investigación y desarrollado tecnología, cestos, el fuego, la rueda, la agricultura…

En la Edad Antigua se asignaba a las diosas las construcciones sociales de las mujeres, la ciencia, el conocimiento de la naturaleza, la medicina, la filosofía,…

En la Edad Media, el conocimiento se refugia en los conventos, las mujeres encuentran en ellos un espacio de libertad y de estudio, se hacen grandes avances en el conocimiento de productos farmacéuticos en las farmacias de las abadías, las sanadoras, parteras…

En la Edad Moderna, las científicas son relegadas a lo privado y el anonimato. La invisibilidad oculta las aportaciones científicas, en matemáticas, física, astronomía, medicina…

Las contemporáneas se convierten en las pioneras del desarrollo tecnológico. A partir de la I Guerra Mundial, las mujeres se incorporan al mundo laboral, entran en las fábricas, grandes empresas y la administración: telefonistas, secretarias, ingenieras.

En el periodo de entre guerras, se ven obligadas a volver a las casas y dejar los puestos de trabajo a los hombres que eran desmilitarizados y reclamaban sus puestos de trabajo anteriores. Pero hay caminos que ya no tienen marcha atrás y se inicia un proceso paulatino de incorporación a 3 trabajos relacionados con atención al público, recogida y almacenamiento de datos, soporte telefónico, etc.

Durante la II Guerra Mundial se repite el fenómeno de desplazamiento de los hombres al ejército y las mujeres a las fábricas, para poder mantener la producción de bienes y armamento. Este momento marca un punto de inflexión en la presencia de las mujeres en las calles y el acceso al trabajo, y por tanto se abre el camino de la emancipación y la autonomía de las mujeres, que disponen de capacidad económica y libertad de movimientos.

Muchas mujeres aprovechan estas condiciones para aprender y desarrollar importantes conocimientos técnicos, de hecho son mujeres las que desarrollan los protocolos de cifrado de mensajes del ejército aliado, y descubren el sistema de cifrado alemán abriendo el camino al contraespionaje, al desarrollar una máquina de códigos a la que llamaron “Enigma”, que reproducía y descifraba el código alemán.

Son también mujeres las responsables del equipo de computación de los ejércitos y después de las grandes corporaciones empresariales. Ellas construyen y alimentan el primer ordenador llamado “ENIAC” , por ellas estos aparatos se llaman computadoras.

Contemporáneas nuestras son la astronauta rusa Valentina Teleskova, las astronautas americanas, en la NASA trabaja alrededor de un 45 % de mujeres en cargos científicos o técnicos.

Donna Shirley. La Directora General del Proyecto de la NASA “Mars Pathfinder”, master en Ingeniería Aeroespacial, con 30 años de experiencia en sistemas aeroespaciales, será la directora del proyecto de exploración de Marte hasta el 2005. También es mujer la subdirectora del equipo científico de la misión, la astrónoma Kathleen Speliman. El módulo marciano se llama Sojourner, la «Sociedad Interplanetaria», creada por el astrónomo e investigador Carl Sagan, pidió sugerencias para nombrar al módulo que iba a “amartizar”. El concurso fue ganado por una niña, de 12 años quien propuso que se llamar a Sojourner Truth, en homenaje a una mujer negra, que vivió a mediados del siglo pasado y llegó a conocer al presidente Abraham Lincoln como luchadora por los derechos y libertades de las mujeres, en particular de las negras. Sólo faltaba que en Marte, dios fuera un todoterreno, mujer y negra. Y además, la réplica del módulo utilizado como simulador en Tierra, se llama Madame Curie.

O investigadoras del MIT, como Rosalynd Pickard que desde la inteligencia artificial, busca llegar a la informática afectiva y a que los ordenador es sean emocionales.

Este recorrido por la genealogía nos trae hasta hoy y nos ayuda a situarnos, ante lo que nos parece un reto ajeno, como en un espacio conocido y habitual para nosotras.