Presentación en Madrid del libro «El burka como excusa» de Wassyla Tamzali
Hoy es un día especial para mí, me unen amistad y proyectos con Itziar y con Wassyla. Con Itziar desde 1999 cuando nos conocimos en el Carmen de Burgos y pasó a formar parte del grupo fundador del portal e-leusis, que ahora después de una larga andadura se trasformado en e-mujeres.net, desde entonces compartimos el camino para sostener el portal ya consolidado como un referente en la información con enfoque de género.
En el libro que hoy presentamos Itziar, que es una gran periodista de largo recorrido siempre activa en temas de igualdad y ciberfeminismo, ha hecho una aportación muy valiosa al texto de Wassyla, pues contextualiza el tratamiento que se esta dando al tema en España, hace una crónica de las posiciones a veces contradictorias de los gobiernos de la izquierda dudosos entre la prohibición y la permisividad.
Y lo hace además, marcando su posición en el debate sin la supuesta neutralidad sin compromiso de la prensa. Itziar reseña y además hace didáctica siempre tan necesaria.
Gracias Itziar por ayudarnos a entender.
Ante el debate del velo, siempre se empieza afirmando que es un tema difícil y complejo, dejando así abiertas todas las posibilidades y también a la ambigüedad. Es cierto que la toma de posición es difícil a veces, pero la memoria de las historias de liberación comunes a todas, nos pueden ayudar.
Recuerdo una mañana de domingo cuando tenía 15 años en la que decidí dar el paso hacia mi autonomía, estaba en misa y cuando empezaba la homilía abandoné la iglesia, mientras caminaba hacia la puerta me quité el velo que aún llevábamos las mujeres en España como último residuo de los otros velos que el patriarcado siempre nos ha puesto. Lo doblé despacio y me lo guardé en el bolsillo del abrigo, consciente del ritual de despedida, y al atravesar la puerta de San Nicolás con el frío de la calle me supe libre, autorizada por muchas otras que me acompañaban en el cambio histórico de las mujeres en este país. Libre para tomar mis decisiones y capaz de coger las riendas de mi vida.
La visión conservadora de la religión me quería velada, tapada, y sumisa (el velo era obligatorio, sin tirantes ni faldas cortas, ser una buena esposa y madre) ¡siempre el miedo al cuerpo de las mujeres! Las feministas mientras tanto, me mostraban el camino para ser autónoma, libre y dueña de mi cuerpo.
A pesar del salto en el tiempo y de las diferencias evidentes, cuando se acepta el uso del velo por tolerancia con otras culturas, se argumenta desde voces respetadas o conocidas, se filtra en la prensa, en los informativos, y de pronto se instala en la normalidad. Cuando sucede esto: Yo vuelvo a estar en riesgo, las mujeres hemos aprendido que cuando se ataca la libertad de una es sólo el síntoma de lo que puede sucedernos a todas. Vuelvo a sentir el tacto de aquél otro velo en mi bolsillo, pues realmente no es sólo una tela, es un signo político de dominación, aquél trozo de mantilla representaba la negación de todos mis derechos, me velaba el acceso a una vida en plenitud.
¿Qué vamos a hacer hoy las feministas? ¿Seguir defendiendo la libertad de las mujeres como principio de vida para todas sin exclusiones, o acomodarnos en el relativismo moral como excusa de integración?
Yo no. Otras en los años 60 crearon el espacio de opinión, de argumentación, de resistencia que yo necesitaba, sobre el que las jóvenes de mi edad pudimos explicarnos el mundo entre iguales, conocer nuestra sexualidad, nuestros cuerpos y nuestros deseos.
Ahora me toca a mí, las genealogías feministas nos dan la coherencia ideológica que nos permite tomar el testigo para seguir ensanchando esas fronteras de libertad y desvelar el engaño cultural.
Se lo debemos, yo se lo debo, a todas las mujeres que necesitan el acompañamiento de nuestras voces de rechazo ante todos los que quieren velar su vida y su libertad.
Por eso hoy, me llena de orgullo poder compartir la voz de Wassyla Tamzali, el feminismo me ha enseñado el valor del magisterio de las mujeres, de unas a otras, el poder del saber de las mujeres, la sabiduría compartida, y en nuestro caso, trasgresora de un androcentrismo que nos quiere dibujar a todas iguales.
Wassyla es una intelectual feminista, argelina, abogada y escritora, en 1979 empieza su función pública internacional en la UNESCO donde se encarga del programa sobre la violación de los derechos humanos de las mujeres. Se ocupa de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres y de la violencia ejercida contra las mujeres, así como de la prostitución y el tráfico de mujeres. Directora del Programa de la UNESCO “pour la Promotion de la condition des femmes de la Méditerranée”.
En el 2000 es nombrada Doctora Honoris Causa por la Universidad Libre de Bruselas.
En 2001 fue elegida vicepresidenta del Forum Internacional de las Mujeres del Mediterráneo. Es miembro de la Red Euro mediterránea de los Derechos Humanos.
Premio del Centro Pio Manzu en 2004.
Miembro del comité de organización del Décimo Congreso Mundial de Estudios Feministas. Directora ejecutiva del Colectivo “Maghreb Égalité »
En septiembre de 2007 escribe «UNE ÉDUCATION ALGÉRIENNE, de la révolution à la décennie noire», por el que ha recibido el premio Bel Ami, el premio «Prix Essai 2008 France télévision» y por el que estuvo nominada al premio Médicis de ensayo.
En abril de 2008 recibe el título de “Chevalier de la Légion d’Honneur »
En el año 2009 publica «Une femme en colère, Lettre d’Alger aux Européens désabusés».
Por último, en el 2010, publica su primer libro traducido al castellano “El burka como excusa. Terrorismo intelectual, religioso y moral contra la libertad de las mujeres” que hoy presentamos.
Este pequeño relato de su biografía y de su aportación como intelectual hace evidente que su opinión no es una más, es una voz autorizada para debatir sobre la libertad de las mujeres y el uso dominador de los velos.
Y además, es una de mis maestras, desde un día de primavera del 2001 en Cádiz, en el que iniciamos un diálogo que ha ido creciendo y alimentando una amistad forjada entre conversaciones para explicarnos el mundo, para entender las dudas de la izquierda, para buscar respuestas desde la izquierda, con música de las dos orillas como banda sonora, y siempre cerca del mediterráneo.
Gracias Wassyla por el camino recorrido y por tu voz valiente, por ser maestra para muchas, por ser radical en la defensa de los derechos de las mujeres.