A Concha Colomer desde el corazón y en el corazón

No hay palabras que describan primero la incredulidad y segundo la desolación cuando recibí el sábado, a primerísima hora, la noticia del fallecimiento de Concha. Es más, pensaba que según transcurriera la mañana se desvanecería la noticia como si de un mal sueño se tratará. Pero no. Era y es una verdad dolorosa pero cierta.

Quisiera por eso usar la palabra, como herramienta contra el olvido, para no olvidar a Concha.

Palabras que pudieran reflejar la bondad y grandeza de una mujer entre mujeres que nunca olvido sino más bien al contrario se esforzó en recordar la causa de las mujeres invisibles y a la vez la causa de la invisibilidad de las mujeres desde el primer espacio que habitamos: nuestros cuerpos y nuestras mentes.

Por eso Concha ha sido y lo seguirá siendo una defensora de los derechos de las mujeres, de los derechos de la salud de las mujeres.

Podría decir sin temor ha equivocarme que en este país ha habido un antes y un después en la Atención al Parto Normal y al Nacimiento, gracias a Concha. Un cambio impensable hace apenas seis años y que, hasta que ella se hizo cargo del Observatorio de Salud de la Mujer, era una de las asignaturas pendientes en la sanidad española en su homologación con el resto de Europa. Una de esas evidencias científicas incontestables que requería sobre todo un liderazgo que aunara el rigor y la escucha de todos los sectores implicados (profesionales, mujeres, sistema sanitario) para hacer posible ese cambio. Y ese liderazgo tiene nombre de mujer: Concha Colomer.

Ella fue tejiendo nada más tomar posesión de su cargo, heredera de aquellas que nos precedieron, las puntadas de nuestro tiempo. Un tiempo en donde la salud, las condiciones de vida y sobre todo la posibilidad real de elección por parte de las mujeres y/o sus parejas de la maternidad como proyecto vital, es un derecho que debía garantizarse desde la sanidad pública. En donde por supuesto estaba incluido el proceso mismo del parto y nacimiento.

Soy de las que creen que la política la hacen las personas, pues bien, el inicio del cambio en la política de atención al parto en nuestro país se lo debemos a ella. Porque ella como persona fue deshaciendo con sus manos y con su generosidad los nudos del rechazo inicial, incluso de las que hoy se proclaman sus incondicionales, para lograr una realidad incuestionable: la Estrategia de Atención al Parto Normal.

Generosidad viene del griego genos, que significa generar. Concha era la generosidad personificada. Y sabemos que la generosidad es en ese sentido el principio creativo por excelencia. Por eso contra todo pronóstico, poderes fácticos y recelos, la EAPN no se quedo solo en el papel, sino que a día de hoy es una realidad desde el inicio de su andadura…porque Concha, con su sabiduría, rigor, intuición, capacidad de escucha y capacidad de concitar complicidades, posibilitó el consenso tanto de profesionales, sociedades científicas, administración sanitaria y usuarias.

Concha era consciente de que la EAPN solo había iniciado su andadura y que quedaba pendiente su consolidación. Esa es la herencia que nos deja y la responsabilidad que nos lega.

Por eso Concha desde el corazón nuestro reconocimiento a tu persona y a tu trabajo por los derechos de la mujeres y de su salud.

Por eso Concha siempre te llevaremos en el corazón.

Consuelo Catalá. Diputada Socialista. Cortes Valencianas.

Publicado en Diario Levante