Aborto. La importancia de su legalización

A veces no tenemos la opción de elegir entre dos buenas decisiones, es posible que a pesar de nuestro convencimiento tengamos la sensación de que la vida nos ha tratado con crueldad, lamentablemente la naturaleza es arbitraria y por muchas cosas buenas que tenga, como seres humanos, no siempre podemos saber cuál sería la mejor decisión, dilemas morales aparte en el mundo existe una realidad que se mantiene inmutable, el aborto existe y en mayor o menor medida siempre existirá, es una desgracia por muchas razones, una de ellas es que la maternidad no deseada provoca unos conflictos que muchas mujeres no tienen tiempo de gestionar, pese a que para muchas puede ser el mayor deseo, para otras tantas es una posibilidad que nunca se llegarían a plantear, hay quien dice que la familia es la base de la sociedad, yo no sé si esto es así, pero en el caso de que lo fuera un matrimonio forzado por circunstancias acuciantes y una maternidad obligada e improvisada no auguran el sostén adecuado de lo que en mi opinión requiere una sociedad feliz.

Aunque no se puede juzgar a la gente en bloque estoy segura de que la gran mayoría de la mujeres preferirían no verse en la situación de abortar, lamentablemente  no hay ningún método infalible para prevenir un embarazo y esto, unido a la escasa o nula educación sexual de la que muchos chicos y chicas adolecen en algunas ocasiones y en muchas partes del mundo nos pone en la tesitura de tener que admitir que no solo la naturaleza nos puede dar un susto sino que como seres humanos tampoco lo hacemos todo bien, hay países en los que una mujer no puede abortar en ninguna situación, en que ni siquiera la violación o el riesgo para la vida y la salud son causas suficientes, si no somos capaces de empatizar con el sufrimiento de una mujer violada o enferma y obligada a gestar y parir habremos vuelto a fallar como sociedad y si no somos conscientes de que algunas mujeres en su desesperación por circunstancias que desconocemos llegan a poner su vida en riesgo y morir con tal de abortar seguiremos ciegos ante un problema que lamentablemente se ha convertido en muchas partes de mundo en un privilegio de mujeres  ricas.

La ONU ha declarado que obligar a un niña a gestar y parir es tortura, y si lo ha hecho es porque por desgracia en muchos países se sigue dando esta realidad, con independencia de nuestras ideas o convicciones morales casi ninguna mujer sabe de antemano qué haría en el caso de quedarse embarazada sin haberlo planeado, es posible que muchas digan que seguirían adelante con el embarazo en cualquier circunstancia o situación pero creo, que aun en ese caso como en muchos otros hay que verse en ese lugar.

El debate sobre el aborto debe centrarse sobre todo en su legalidad, cada persona tiene derecho a tener sus propias ideas pero cuando quieren usarse algunas ideas para imponer restricciones que, en muchos casos fomentarían el riesgo y la clandestinidad ya no estamos hablando en términos morales sino en términos de vidas y muertes, en términos de la hipocresía que supone que unas mujeres tengan la opción de abortar en otros países y otras corran el riesgo de morir.

Respeto que una persona esté en contra del aborto, pero no puedo respetar que alguien esté en contra de su legalización porque oponerse a la misma es cerrar los ojos ante los casos de posibles y hecho incontables muertes en la clandestinidad.