Carta Abierta a Margaret Atwood

Estimada Sra. Atwood*,

Somos estudiantes de Gaza que representamos a más de 10 instituciones académicas de la Franja. Nuestros abuelos son refugiados que fueron expulsados de sus hogares en la Nakba de 1948. Ellos todavía tienen las llaves de sus casas guardadas en sus armarios y se las transmitirán a sus hijos, nuestros padres. Muchos de nosotros hemos perdido a nuestros padres, otros hemos perdido a nuestras madres, y otros a ambos, durante la última agresión israelí contra la población civil en Gaza. Otros perdieron una parte de su cuerpo por las quemaduras que produce el fósforo blanco que Israel utilizó, y ahora se encuentran permanentemente discapacitados. La mayoría de nosotros hemos perdido nuestros hogares, y ahora vivimos en tiendas de campaña, ya que Israel se niega a permitir que los materiales básicos de construcción entren en Gaza. Y, sobre todo, todos estamos viviendo todavía en lo que ha llegado a ser una herida purulenta en la conciencia de la humanidad, el brutal y medieval asedio que Israel está perpetrando contra nosotros, los 1’5 millones de palestinos de la Franja de Gaza.

Muchos de nosotros hemos encontrado sus textos mientras estudiábamos en la universidad. Aunque sus libros no están disponibles en Gaza -porque Israel no permite la entrada de libros, papel y otros materiales- estamos familiarizados con sus escritos políticos abiertamente izquierdistas y feministas. Y, sobre todo, conocemos su fuerte posición contra el apartheid. Conocemos su apoyo admirable a las sanciones contra la Sudáfrica del apartheid y su llamamiento a la resistencia contra todas las formas de opresión.

Sabemos que va a recibir un premio esta primavera en la Universidad de Tel Aviv. Nosotros, los estudiantes de la sitiada Gaza, le pedimos que no asista. Como nos solían decir nuestros profesores, maestros y compañeros de lucha contra el apartheid, no hubo negociación con el brutal régimen racista de Sudáfrica. Tampoco había mucha comunicación. Sólo una palabra: BOICOT. Usted debe saber que Israel era un estado amigo del régimen de apartheid antes de 1994. Muchos héroes anti-apartheid de Sudáfrica, incluidos Nelson Mandela y el arzobispo Desmond Tutu, han descrito la opresión de Israel como apartheid. Algunos describen el colonialismo y la ocupación israelíes como el apartheid del mal. Los F-16, F-15, F-35, los helicópteros Apache, los tanques Merkava, y el fósforo blanco no se utilizaron contra los municipios negros.

Sra. Atwood, en el campo de concentración de Gaza, a los estudiantes que han recibido becas para estudiar en universidades extranjeras se les impide, año tras año, disfrutar de estas oportunidades que tanto les ha costado conseguir. Dentro de la Franja de Gaza, las personas que buscan una educación superior cada vez son menos, debido al aumento de los índices de la pobreza y a la escasez de combustible para el transporte, que son resultado directo de asedio medieval de Israel. ¿Cuál es la posición de la Universidad de Tel Aviv ante esta forma de castigo colectivo ilegal, descrito por Richard Falk, el Relator Especial de la ONU sobre los Derechos Humanos Palestinos en los Territorios Ocupados, como un «preludio al genocidio?» No se ha oído ni una sola palabra de condena por parte de ninguna institución académica israelí!

Tener unas relaciones normales con Tel Aviv es dar una aprobación tácita a su política  de exclusividad racial contra los ciudadanos palestinos de Israel. Estamos convencidos de que no le gustaría apoyar una institución que defiende con tanta fidelidad el sistema de apartheid de su estado.

La Universidad de Tel Aviv tiene una larga y bien documentada historia de colaboración con el ejército israelí y los servicios de inteligencia. Esto es particularmente vergonzoso después del sangriento asalto militar de Israel contra la Franja de Gaza que, de acuerdo con las principales organizaciones de derechos humanos internacionales y locales, dejó unos 1.440 muertos y unos 5.380 heridos. Estamos convencidos de que no le gustaría dar su respaldo a una institución que apoya un aparato militar que asesinó a más de 430 niños.

Si acepta el premio de la Universidad de Tel Aviv, estará indirectamente inclinando su cabeza ante la política israelí de limpieza étnica y de genocidio. Esta universidad se ha negado a conmemorar el pueblo palestino destruido sobre cuyos escombros fue construida. Ese pueblo se llama el Sheikh Muwanis, y ya no existe como resultado de la confiscación de Israel. Sus habitantes han sido expulsados.

Recordemos las palabras del arzobispo Desmund Tutu: «si eliges ser neutral en situaciones de injusticia, eliges el lado del opresor.» Así, le pedimos que diga no a la neutralidad, no a estar en el muro, no a la normalización del apartheid israelí, no después de la sangre derramada de más de 400 niños. No a la ocupación, la represión, el colonialismo de los asentamientos, la expansión de los asentamientos, las demoliciones de casas, la expropiación de tierras y el sistema de discriminación contra la población indígena de Palestina, y no a la formación de bantustanes en Cisjordania y la Franja de Gaza.

Al igual que todos los ciudadanos sabían que tenían la responsabilidad moral de boicotear el apartheid en Sudáfrica después de la masacre de Sharpeville, Gaza 2009 fue la llamada de atención para todo el mundo. Todas las instituciones académicas de Israel son estatales y financiadas por el Estado. Recibir cualquiera de sus premios o aceptar cualquiera de sus halagos es defender sus acciones políticas atroces. Israel viola continuamente el Derecho Internacional, desafiando al mundo entero. Está ocupando ilegalmente tierras palestinas. Continúa con su agresión contra el pueblo palestino. Israel niega a todos los palestinos las libertades democráticas de las que hace alarde con tanto orgullo. Israel es un régimen de apartheid que niega a los refugiados palestinos su derecho a regresar tal y como exige la ONU en la resolución 194.

Asistir al simposio violaría la campaña aprobada por unanimidad por la sociedad civil palestina al boicot, desinversiones y sanciones (BDS) contra Israel. Esta convocatoria se dirige también a los activistas internacionales, artistas, académicos y de conciencia, como usted. Estamos convencidos de que le encantaría ser parte de la noble lucha contra el apartheid, la colonización y la ocupación de la que el pueblo palestino ha sido objeto en los últimos 61 años, una lucha que está en curso.

Sra. Atwood, consideramos que usted es lo que el difunto Edward Said llamó un “intelectual de oposición”. En este sentido, y dada nuestra veneración por su trabajo, nos veríamos heridos, tanto emocional como psicológicamente, al verla asistir al simposio. Usted es una gran mujer de palabras, de eso no tenemos ninguna duda. Pero pensamos que también estará de acuerdo en que que las acciones hablan más que las palabras … Todos esperamos su decisión.

Gaza asediada
Campaña de Estudiantes Palestinos para el Boicot Académico de Israel (PSCABI)

Dictamen por la Asociación de Profesores Universitarios en Palestina

*Margaret Eleanor Atwood (Ottawa, 18 de noviembre de 1939). Prolífica poetisa, novelista, crítica literaria y activista política. Es miembro del organismo de derechos humanos Amnistía Internacional y copreside BirdLife International, en defensa de las aves. (Información extraída de Wikipedia). Fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en el año 2006.
Traducción del inglés: María Palomares, con la colaboración de Laura Moreno