Con los pantalones puestos
Hay una mujer de Sudán , que se llama Lubna Husein, que se fue a tomar un café y cometió un grave delito castigado con severidad por la ley de su país. Llevaba pantalones lo que según la ley vigente( claúsula 152 de la Ley Criminal de 1991 ) es un delito que se castiga con azotes ( imposible adivinar cual es el criterio para determinar su número) A ella le tocaban 40, de los que se podía haber librado ya que su trabajo, periodista para Naciones Unidas, le facilitaba cierta inmunidad. Pero dijo No. Podría haber solucionado el problema con una cierta cantidad de dinero. Pero dijo No.
Así que la metieron en prisión, donde debía permanecer un mes y de donde ha salido con los pantalones puestos, gracias a una Asociación de Periodistas vinculada al Gobierno que pagó la multa que ella se había negado a abonar. Con el pollo que se había montado, es bueno contar con amigos que le sacan a uno de situaciones que pueden reventarle en la cara a un régimen que intenta pasar desapercibido cuando trata a sus mujeres como esclavas sin derechos.
Por eso Lubna Husein, tuvo que salir a la calle, pregonando la existencia de 700 mujeres condenadas por las que nadie iba a pagar. Denunciando que las 12 mujeres que fueron detenidas con ella, sin sus estudios ni sus contactos sociales, ya habían recibido su humillante castigo. Manteniendo que no encuentra el pasaje del Corán donde se prohiba a la mujer los pantalones, que a su modo de ver, son una prenda que no da ni quita respetabilidad a nadie.
Y es impresionante, si uno se para a pensarlo, esa testarudez casi desesperada que las mujeres son capaces de demostrar, no porque tengan espíritu de Juana de Arco, sino que porque ya no son capaces de renunciar a ocupar un espacio en el mundo , el suyo, donde sean libres y puedan vivir con dignidad.