Homenaje a Concha Colomer

Fue el domingo, o quizás el lunes. La memoria no lo retuvo cuando apareció en las noticias que publicaban los medios, y nos dejó sin aliento, con el corazón dolorido y los párpados cerrados, aferrándose a la negación por no aceptar la evidencia.

Concha Colomer se había ido. En silencio. Ella que repartió sin tasa generosidad y solidaridad a quienes la necesitaran. Ella, una feminista sin equívocos ni titubeos, una persona ejemplar. Ella, maestra infatigable sumergida en la defensa de los derechos de las humanas. Ella, una profesional de la Medicina que brilló con luz propia en la Universidad, en la Sanidad y en el buen hacer político que desempeñó hasta el último instante, y del que se fue sin decirnos adiós para no entristecernos. Porque Concha siempre pensó más en los demás que en sí misma.

Concha se ha ido pero no ha desaparecido. Porque és de esas personas excepcionales que perviven día tras día en el pensamiento de cuantos tuvimos la suerte de conocerla, admirarla y quererla por ser como era.

Hasta siempre, Concha. Hasta siempre, querida Maestra.

Homenaje a Concha Colomer.

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