Machismo: acción-reacción

El Delegado del Gobierno contra la Violencia de Genero, Miguel Lorente, ha hecho unas afirmaciones que vienen a explicar, entre otras cosas, las acciones violentas de lo machistas.

No podía ser de otro modo dada la profesionalidad de Miguel Lorente en un campo que conoce bien desde hace muchos años.Ha dicho: “se están detectando elementos de reacción, de posicionamiento critico social y de un incremento de los violentos, que están reforzándose en su posición como una clara reacción frente a todo lo que ha supuesto el avance en cuanto a señalarlos como fuera de la normalidad y a todo lo que significa de igualad alrededor de esos movimientos”. Un principio básico: acción-reacción. Ya no pueden los machistas esconderse tras “la normalidad de la violencia sobre las mujeres”. Y no pueden hacerlo porque las leyes señalan que esas acciones violentas están fuera de la normalidad legal, y porque la sociedad comienza a señalarles- todavía queda mucho camino por recorrer- como fuera de la normalidad social. Y los grupos machistas –que los hay y están organizados- se inventan criticas, calumnias, falsos criterios de actuación judicial, por ejemplo el síndrome de alienacion parental. Y los machistas individuales reaccionan con aun más violencia. Molestos porque no son “mirados” bien, porque la sociedad les vuelve las espaldas, intentan imponer con mayor violencia lo que creen status normal en el hombre: la sumisión de la mujer. Otros, los machistas mas redomados y salvajes, asesinan. Lo hace quizás como manifestación de su enfado –por llamarlo de algún modo- ante la acción social de señalarlos fuera de la conducta exigible a toda persona. Si, a las acciones puestas en marcha para lograr la igualdad, para acabar con las conductas surgidas de la ideología patriarcal machista, los varones imbuidos de tal disparatada ideología reaccionan: no quieren perder “privilegios”. Acción-reacción, principio básico. Habrá, pues, que aumentar las acciones sin temor a las reacciones, porque el incremento de la presión social sobre los maltratadores acabara en desistimiento de estos, quizás, y seria el mayor de los logros, en el convencimiento de que el machismo no es propio de la dignidad de la persona.