Ministra 2.0
Una de las reacciones más curiosas suscitadas por la mudanza gubernamental en Madrid ha sido la motivada por el nombramiento de la nueva ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. A una velocidad supersónica, propia del ritmo de la era ciber, las tribus virtuales que habitan Internet anegaron los foros de mensajes en contra de su nombramiento. Antes de haber jurado el cargo, la ministra ya contaba con su propio grupo enemigo en Facebook, Ángeles González Sinde pírate . En un plisplás pasaron de ser 600 a 4.000 miembros. Y en el momento de escribir estas líneas ya son 19.851. Las masas consumidoras de contenidos, la mayoría de las cuales trabajan por menos de 1.000 euros al mes, se movilizaron en un segundo para defender una de las batallas ideológicas más importantes de la vida digital. A saber, la defensa de la descarga de contenidos gratuitos en Internet.
Discutíamos en vacaciones sobre la influencia política que una cuestión como ésta puede tener entre las generaciones más jóvenes. El internautas del mundo uníos funciona casi sin querer, con la celeridad propia de las redes sociales telemáticas. Lo que no sabemos es si un asunto como el de las descargas puede afectar a la hora de decidir el voto. La nueva ministra quiere regular las descargas, siguiendo los pasos de otros países. En Francia, Sarkozy lo ha intentado pero finalmente la Asamblea Francesa votó en contra de una ley que permitía dejar sin Internet a quienes se bajaran descargas gratuitas. La cuestión también se va a tratar en breve en Bruselas donde se quiere alcanzar un acuerdo político al respecto antes de que finalice la presente legislatura.
González-Sinde defiende que los creadores de contenidos son los grandes perdedores de la vida digital. Las empresas de telecomunicaciones se forran y los ciudadanos se bajan al ordenador todo lo que pueden y más. No estaría mal que la nueva ministra abriera una red 2.0 antes de tomar cartas legislativas en el asunto. Todas las partes tienen su trozo de razón. Pero si no quiere que el voto joven se posicione en contra de su jefe, tendrá que escuchar a los internautas, además de a los creadores.