Sentencia para Mladic

Charles Manson, el leader y asesino en serie mundialmente conocido, murió ayer en una cárcel de California, después de una condena a cadena perpetua. Ratko Mladic, el criminal de guerra de los Balcanes, acaba de recibir una condena a cadena perpetua en La Haya, hoy.

Ambos hombres tienen varios puntos en común aunque no reconocerían nunca su hermandad, visto que pertenecían a culturas ajenas y tenían filosofías diferentes acerca del asesinato. Su punto común era considerar a sus víctimas como seres subhumanos y a sí mismo como salvadores divinos. No sentían culpabilidad antes o después de sus asesinatos, ningún sentimiento de empatía por los que mataron y ningún sentido de responsabilidad moral hacia los que eran de su sociedad pero no pertenecían a su propio grupo cerrado. Además ambos tenían el carisma sensacionalista de los asesinaos de una serie de Netflix.

En Serbia, es bastante común ver a Mladic exaltado como un protector de la cristiandad frente a la creciente yihad musulmana. Mladic como general cruzado cuenta con muchos ardientes fans que no matarían una mosca. Como ciudadana serbia, reconozco a sus partidarios entre mis vecinos. Votan por el futuro de mi país.

Nuestro mismo presidente actual, Aleksandar Vucic, era un joven político nacionalista radical en los noventa. Su partido apoyó firmemente las guerras de agresión contras los musulmanes y los católicos, generando propaganda de odio falsa y ofreciéndose como voluntario para las incursiones paramilitares. Después de la caída de Milosevic, este hábil político cambió sus ideas. Se apropió de los trajes de la oposición democrática.

Vucic es un político poderoso de Serbia que ha comentado públicamente la sentencia de Mladic. Vucic ha declarado que Serbia debe mirar hacia el futuro, hacia la integración en la Unión Europea, para un mejor porvenir para nuestros niños y niñas y no llorar sobre nuestro trágico pasado. Afirmó que la sentencia del Tribunal de La Haya era esperada desde hace mucho, que no es un día para lamentarse o alegrarse por ella.

Esta astuta posición política es a la vez una buena y una mala noticia para Serbia. Buena porque hay personas malas en la cárcel. Mala porque nunca llegan a asumir su maldad.

Seguí el juicio a los Escorpiones en 2005 en Belgrado, un grupo paramilitar que cometió el genocidio (https://jasminatesanovic.wordpress.com/the-scorpions/). No eran meros fans admiradores de los asesinos, eran asesinos, fueron quienes apretaron físicamente el gatillo. Eran bandidos y atracadores, compañeros de armas de Mladic que llevaron a cabo la gran operación de Srebrenica, liquidando cerca de 10.000 hombres de etnia musulmana en cinco días de matanza y ocultando los cuerpos a las cameras y al conocimiento público.

Mladic estaba en las noticias de televisión del mundo en aquellos días, distribuyendo chocolatinas a los niños detrás de los alambres de espino. Las tropas de las Naciones Unidas estaban cerca, las de los Países Bajos en particular, brindando con él mientras las metralletas traqueteaban fuera de su campo auditivo. Era una operación de noticias falsas de aquel periodo, aunque eso no engañó a alguna gente en Serbia. Sabíamos que se preparaba una matanza, que los de cierta etnia que no consiguieran huir serían violentamente «limpiados» de sus propios hogares. Cuando esto ocurrió, la gente sólo dijo, lo sabíamos.

No sólo eso, sino que un par de meses después de la masacre, se firmó el tratado de Dayton por la misma gente que había cometido el crimen. Este acto de paz congeló las fronteras sobre el terreno y puso fin a la guerra civil yugoslava. ¿Buena y mala noticia de nuevo?

Los y las activistas nunca dejaron de trabajar sobre el trasfondo de los crímenes de guerra, recogiendo hechos, fechas, objetos, especialmente los testimonios de los supervivientes, las mujeres enviudadas, madres, hermanas. Muchas murieron mientras estaban haciendo este trabajo, sin recibir nunca un reconocimiento o una ayuda.

El Tribunal de La Haya pasó por muchos cambios y escándalos internos. La justicia internacional no es de ninguna manera infalible. Un tribunal de mujeres para la Antigua Yugoslavia fue organizado por Mujeres de Negro de Serbia, junto con otros grupos de mujeres de la región, para suplir las lagunas de la justicia oficial y dar voz a las víctimas civiles invisibles.

(https://www.huffingtonpost.com/jasmina-tesanovic/womens-tribunal-sarajevo-_b_7222604.html)

Los Balcanes nunca volverán a ser lo que fueron: otra vez, buena y mala noticia. Nosotros los ciudadanos yugoslavos e idiotas políticos, como me llamo a mi misma y a los otros concernidos, perdimos nuestra nación, nuestro honor, nuestra credibilidad y las vidas de conciudadanos.

Ratko Mladic ha perdido su libertad para siempre, mientras que Manson ha perdido su vida. ¿Pero dónde está el lado bueno?

Mis lectores me felicitan en correos privados porque escribí un libro sobre las depredaciones de Mladic y sus aliados hace años cuando poca gente local compartía mi actitud. Ahora los periodistas pueden entrevistar a gente local involucrada en las guerras de los Balcanes y es mucho menos que caminar por un campo de minas. Es más fácil preguntar desde una mayor distancia, una perspectiva histórica: ¿Qué piensan o sienten? ¿Es la «banalidad del mal» como dijo Hannah Arendt acerca de los brutales criminales de guerra nazis que se revelaron en el banquillo de los acusados como aburridos apparatchiks? Ratko Mladic no es una persona sobrehumana fascista o un cerebro malvado. Viene de la misma región que mi propio padre. Tenía el aspecto y el acento común a cualquiera de esa zona. Fácilmente hubiera podido ser un pariente mío. La propia hija de Mladic se suicidó en el momento oscuro de la carrera política de su padre. Su destino hubiera podido ser el mío pero yo he sobrevivido y escrito libros.

En un día como este, en lugar de parlotear con una «actitud de suficiencia», quisiera pedir un momento de silencio reflexivo. Entonces, antes de aquellos hechos oscuros, tuvimos mucho tiempo para emocionarnos, explicar y hablar francamente para enfrentarnos a nuestro propio potencial truculento. Celebrar cuando una puerta de prisión se cierra de golpe y se echa el cerrojo es hipócrita. Mladic mismo habló cuando finalmente se leyó su sentencia en el tribunal — juró a voces y vulgarmente. Es por eso que, en cambio, pido un minuto de silencio.

https://jasminatesanovic.wordpress.com/

Traducción: Yolanda Rouiller, Mujeres de Negro