Violencia machista, jornada negra
Dos mujeres apuñaladas por sus respectivas parejas, una en Sevilla y otra en Gerona. ¡Y van 30 en lo que llevamos de año!
Ninguna de las dos, según se desprende de las informaciones, había presentado denuncia por malos tratos. Si hubieran presentado denuncia y obtenido una orden de protección y el alejamiento de la pareja o expareja, estaríamos hablando del fracaso de la protección, aunque no es fácil proteger eficazmente a todas las mujeres con protección judicial; y no lo es, porque muchas se descuidan en la confianza de que el machista no llevara a término sus amenazas.
¿Por esas mujeres asesinadas no presentaron denuncia? Es posible que no hubieran sufrido con anterioridad de su asesinato malos tratos. Pero también es posible, y eso es preocupante, que no presentaran denuncia por no confiar en su efectividad, tanto en lo que se refiere a su protección, como a la recuperación integral de su libertad e identidad como mujer. Y no me cabe la menor duda de que esta influyendo en muchas mujeres el temor a ser señaladas como falsas, porque la “presión” que ejercen los neomachistas o como quieren llamarse e identificarse, es grande y mediática.
Pero una vez mas hemos de preguntarnos: ¿esta la sociedad tomándose en serio la lucha por erradicar la violencia machista? Algunos –allá ellos- dirán que la Ley Integral esta fracasando. No es cierto, muchísimas mujeres, han encontrado en esa ley le medio para recuperar su libertad y dignidad. Pero los esfuerzos de los jueces y fiscales y la protección para la policía es una parte mínima del objetivo final: la erradicación de la violencia machista.
La sociedad –es decir, los ciudadanos- tiene que dar un paso al frente. Tienen que denunciar cuando conozcan los malos tratos y sepan que la mujer no va a denunciar. Tienen que apoyar a la mujer en su decisión de presentar denuncia y no “mirarlas” con perplejidad y, en algunos casos, con distancia en la amistad y en el trato vecinal o familiar. Tienen, los ciudadanos. que rechazar directa y enérgicamente al maltratador y no buscar excusas para “comprenderles o justificarles”.
Me duelen estas dos últimas muertes por violencia machista. No me detendré en minutos de silencio y repulsa. ¡Pondré todos los medios a mi alcance para alertar a los ciudadanos, para exigirles mayor responsabilidad!